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Psicología del aislamiento forzado
Elena Barreiro Alonso - Psicóloga H. Sanitaria - Experta en Técnicas Antiestrés
UN POCO DE HISTORIA
1347, un barco procedente de China llega al puerto de Mesina (Sicilia) y comienza a descargar las
muy apreciadas mercancías procedentes del lejano oriente. El trasiego de la estiba es aprovechado
para que unos polizones habituales en todo barco desembarquen también: las rattus rattus (
ratas negras).
Estos odiosos pasajeros comienzan a buscar refugio en el nuevo hábitat que le proporciona la
ciudad italiana, pero, sin saberlo, ellas también llevan en su cuerpo un pequeño polizonte, la
pulga Xenopsylla Cheopis, que a su vez albergaba en su interior un asesino despiadado y
cruel: la bacteria Yersinia Pestis.
En el reducido espacio de su diminuto canal alimentario, las bacterias se multiplican hasta tal
punto que forman una oclusión en el estómago de la pulga, lo que le impide alimentarse normalmente
de la sangre que extraen de ratas y/o humanos. La pulga regurgita parte de su alimento mezclado ya
con las bacterias y así estas quedan inyectadas en el huésped. Las bacterias viajan a través del
sistema linfático hasta los ganglios de la ingle o los que hay en las axilas o en el cuello, en
donde se acumulan y se multiplican exponencialmente, creando un bubón que explota y lanza las
bacterias al torrente circulatorio matando a sus víctimas.
La primera gran globalización, que había empezado en la época de Marco Polo un siglo antes,
provocaría la primera pandemia de la que se tiene extensa referencia documental. En una época en
donde la mayor velocidad de transporte se alcanzaba en carro, la peste negra avanzó, sin prisa pero
sin pausa, a una velocidad de unos 6 kilómetros diarios, y en cinco años abarcaba de España a
Escandinavia y de Turquía a Inglaterra. Sólo en Europa diezmó un tercio de la población y otro
tanto en África y Asia.
Esta pérdida de población provocó cambios sociales y económicos. Los campos quedaron sin cultivar y
los campesinos que sobrevivieron se vieron en una posición de fuerza frente a los señores feudales
que no podían prescindir de su conocimiento y fuerza de trabajo. Ante la falta de mano de obra, la
tecnología agraria se vio estimulada para poder aumentar la producción rápidamente, mientras tanto,
los europeos tuvieron que pasarse a una dieta carnívora. La edad media tocaba a su fin.
La impresión que debió causar esta apocalíptica situación entre la población es difícil imaginarla,
porque aunque podríamos enumerar asépticamente el panorama, las reacciones y emociones humanas son
irreproducibles para este cuadro histórico tan apocalíptico. La reacción de la población ante tal
amenaza fue inmediata, recluirse, aislarse de los demás y quedarse solo con la familia o con un
grupo reducido de conocidos.
Esta estrategia quedó espléndidamente reflejada en el Decamerón de Giovanni Boccaccio. El
libro, escrito en plena pandemia, contiene una descripción de los efectos físicos, psicológicos y
sociales que la peste produjo en la sociedad italiana. Es un diario del día a día del grupo, de
cómo organizaron su aislamiento en el campo y de cómo ocupaban las jornadas. Por otra parte, es
clave reseñar el hecho de que el autor escribiese esta joya de la literatura aprovechando el
aislamiento al que se sometió para escapar de la enfermedad. Sacó lo mejor de sí durante este
dramático episodio de la época.
LA CUARENTENA
Podemos clasificar los aislamientos con tres criterios. Según la obligatoriedad: voluntarios/
forzados, según la duración: cortos/medios/largos y según el número de miembros: uno/varios. Lo
que nos da una matriz de 2x3x2 con doce casos posibles.
Entre los voluntarios podemos enumerar: la vida monacal, el retiro de un artista para reencontrar
su inspiración, o el aislamiento social voluntario (ermitaños, anacoretas o los hikikomoris
nipones).
Entre el grupo de los aislados a la fuerza estarían los aislados por razones sanitarias, los
recluidos por sentencias judiciales (los presos encarcelados por delitos criminales), los
encarcelados por razones militares (los prisioneros de guerra) o los recluidos por razones
políticas.
Nuestro confinamiento se encuadraría en forzado y previsiblemente de media duración, pudiendo ser
de una persona sola o de un grupo.
Analizar eventos pasados puede proporcionar una visión del impacto psicológico que puede tener
la actual cuarentena a la que nos vemos sometidos.
Más de 15.000 personas en Toronto permanecieron en cuarentena debido a la exposición al síndrome
respiratorio agudo severo (SARS) en 2003. Al igual que el COVID-19, es una enfermedad respiratoria
contagiosa causada por un coronavirus. Además de los sentimientos de aislamiento social durante la
cuarentena, los participantes informaron de angustia psicológica que se prolongaron hasta un mes
después de finalizar el encierro. Casi un tercio de los participantes mostraron síntomas de TEPT
(Trastorno de Estrés PosTraumático), el 30% tenía síntomas depresivos y casi otro 30% sentía que
otras personas los evitaban después de haber estado en cuarentena. La angustia fue habitual tanto
durante como después de los períodos de cuarentena.
La lista de síntomas incluyó: temor,tristeza, entumecimiento, insomnio, confusión, ira, síntomas
de estrés postraumático, síntomas depresivos, bajo estado de ánimo, estrés, alteración emocional,
irritabilidad, agotamiento emocional. Existen evidencias de que también puede haber consecuencias
a más largo plazo como la dependencia de alcohol o fármacos hasta tres años después de la
cuarentena.
Si bien las reacciones individuales al aislamiento obligatorio varían, es probable que tenga en
común: sentimientos de soledad, tristeza, miedo, ansiedad y estrés. Tales sentimientos son
normales dadas las circunstancias, sin embargo, hay pautas que se puede seguir para proteger la
salud mental y el bienestar mientras hacemos frente a una cuarentena.
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL AFRONTAMIENTO DEL ENCIERRO
Cada persona afronta el estrés de manera diferente. Algunas personas pueden estar en mejores condiciones para resistir una cuarentena por una amplia variedad de razones como la personalidad o el estado de salud. Destaquemos los tres aspectos más importantes.
1. El estado psicológico anterior al encierro
Las afecciones de salud mental previamente existentes, incluidos los trastornos depresivos y de
ansiedad, pueden afectar la capacidad de un individuo para hacer frente a un aislamiento, por lo
que es conveniente que sigan en contacto con su psiquiatra y/o psicólogo para que le den nuevas
pautas para esta difícil situación.
Por ejemplo, una persona a la que se le haya aconsejado salir diariamente de casa para aliviar sus
problemas de Depresión o Ansiedad, no podrían hacerlo, por lo que es muy probable que su estado
psicológico empeore.
2. La personalidad
La personalidad que cada uno posee pueden tener un gran efecto diferenciador en cómo cada uno puede
sobrellevar el aislamiento. Los extrovertidos pueden experimentar más soledad o encontrar más
difícil quedarse en casa. Las redes sociales pueden ser una excelente manera de mantener conexiones
y hablar por teléfono o Whatsapp o Skype puede proporcionar una socialización muy necesaria.
Las personas con personalidades más introvertidas tienden a disfrutar de la soledad, por lo que es
más fácil lidiar con interacciones sociales reducidas o limitadas. Los introvertidos tienden a
sentirse agotados después de socializar, por lo que pueden hacer frente bastante bien durante la
cuarentena. Pero incluso los introvertidos necesitan contacto social, por lo que encontrar formas
de conectarse con los demás de alguna manera sigue siendo esencial.
3. El tiempo de cuarentena
La duración de la cuarentena es un factor clave para determinar qué tan bien se las arreglan las personas. Cuanto más duren las restricciones, más pronunciados son los efectos.
COSAS QUE ESTÁN EN NUESTRAS MANOS PARA SOBRELLEVARLO
1.Establecer rutinas
La interrupción de las rutinas diarias puede ser uno de los aspectos más difíciles de la
cuarentena. Esto puede hacer que te sientas sin rumbo mientras intentas descubrir cómo llenar todas
las horas del día.
Si trabaja desde casa, puede ser útil estructurar el tiempo como si fuera un día de trabajo normal.
Sin embargo, esto puede ser un desafío si estás en casa con otros miembros de la familia, incluidos
niños, que ahora comparten las veinticuatro horas. Si éstos se quedan sin la rutina escolar, los
niños pueden sentirse igual de mal que los adultos.
Planifica actividades que mantengan a todos ocupados haciendo alguna tarea. Intenta crear un
horario diario, pero tampoco que sea muy estricto. Haz tus propias rutinas y termina el día
evitando la monotonía.
2. Estar lo más activo posible
Incluso los períodos relativamente cortos de inactividad física pueden tener un gran impacto en la salud, tanto mental como física. Un estudio encontró que sólo dos semanas de inactividad podrían conducir reducciones significativas de la masa muscular y cambios metabólicos. Mantenerse activo ayudan a sentirse mejor y a mantener la condición física. También es una excelente manera de ayudar a combatir la sensación de malestar y aburrimiento que puede surgir al estar encerrado día tras día.
3. Hacer ejercicio en casa
No se necesita un montón de equipo de entrenamiento costoso para hacer ejercicio. Éstas son algunas cosas que puede podemos hacer para mantenernos en forma en casa: vídeos de ejercicio, entrenamientos en línea. aplicaciones de fitness o simplemente hacer ejercicios conjuntamente con un grupo de amigos por videoconferencia.
4. Combatir la frustración y el aburrimiento
Gran parte de la angustia de estar en cuarentena proviene del aburrimiento y la frustración.
Encontrar formas de mantenerse ocupado es importante, así que intenta mantener tantas rutinas como
pueda. Continúa trabajando en tus proyectos o encuentra nuevas actividades para ocupar tu tiempo,
ya sea organizando tu armario o probando un nuevo pasatiempo creativo como pintar o escribir tus
memorias.
Hacer cosas puede proporcionar un sentido de propósito y competencia, brindan algo por lo que
trabajar y algo por lo que esperar cada nuevo día. Haz un plan, haz una lista con algunas cosas que
te gustaría hacer ordénalas y comienza por la número uno.
5. Estar comunicados
Mantenerse en contacto con otras personas no solo evita el aburrimiento, sino que también es fundamental para minimizar la sensación de aislamiento. Manténte en contacto con amigos y familiares por teléfono y mensajes de texto. Contacta a otros en las redes sociales. Hablar con otros que están pasando por lo mismo puede proporcionar un sentido de comunidad y empoderamiento.
6. Las relaciones dentro del hogar
Haga comidas regulares con las otras personas en el hogar. Charle con amigos y familiares todos los días. Utilice diferentes formas de comunicación, incluyendo teléfono, texto, correo electrónico, mensajería y videollamada. Intente apoyar a otros, tranquilizar a los amigos que se siente estresados o preocupados.
7. Manténgase informado, pero no abrumado
Las personas tienden a experimentar una mayor ansiedad cuando sienten que no tienen acceso a la información que necesitan. Por otro lado, sin embargo, está la sensación de pánico que puede derivarse de estar inmerso las 24 horas, los 7 días de la semana, en informes que se centran en informaciones inexactas o demasiado negativas. En lugar de pasar el tiempo viendo noticias, concéntrate en obtener información útil de fuentes de confianza.
8. Recuerde que los niños también se estresan
La investigación canadiense encontró que los niños que habían pasado por cuarentenas exhibían síntomas de TEPT (Trastorno de Estrés PosTraumático) con una incidencia cuatro veces mayor que los niños que no habían sido puestos en cuarentena. Los padres y otros adultos deben hablar con los niños sobre el brote de COVID-19 de manera informativa, apropiada para la edad y tranquilizadora. Concéntrate en mantener organizado el hogar y modela comportamientos saludables y positivos. Controlar la propia ansiedad puede ayudar a calmar los temores de los niños en el hogar.
9. Recuerda por qué estás haciendo esto
Cuando te sientas frustrado o encerrado, puede ser útil pensar en los motivos por los que te estás
poniendo en cuarentena. Si has estado potencialmente expuesto al coronavirus, evitar a otros es una
acción altruista. Minimiza la posibilidad de que, sin saberlo, pueda transmitir la enfermedad a
otras personas, incluso si actualmente eres asintomático.
Salir a las 19:00 para aplaudir la labor de los sanitarios puede ser un gesto con más importancia
de lo que parece, ya que además del sentido inicial de agradecimiento a los sanitarios por su
labor, nos recuerda que no estamos solos.
10. Poniendo nuestro granito de arena
Al hacer su parte para prevenir la propagación de la enfermedad, estás protegiendo a los demás y
asegurándose de que las personas enfermas tengan mayor acceso a los recursos de salud disponibles.
Recordar estas razones a veces puede hacer que nuestros días en cuarentena sean un poco más fáciles
de soportar.
Las estrategias como la cuarentena, el distanciamiento social, el lavado de manos y otras
precauciones de seguridad pueden desempeñar un papel importante en la prevención de la propagación
de COVID-19. Pero no debemos olvidar que también es importante protegerse del deterioro
psicológico, ya que las investigaciones han demostrado que este tipo de aislamiento puede provocar
una serie de efectos perjudiciales, desde un bajo estado de ánimo e irritabilidad hasta síntomas de
TEPT y ansiedad.
Mantenerse ocupado y no preocupado, estar en contacto con otras personas por teléfono y redes
sociales, y mantener una vida estructurada son solo algunas de las formas clave en que puede
manejar mentalmente la cuarentena.