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19 de diciembre 2018

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HANNIBAL LECTER : Psicoanalizando a un psicópata

Elena Barreiro Alonso - Psicóloga H. Sanitaria

“El silencio de los corderos” (1991) es una de las mejores películas de suspense de todos los tiempos. La cuidada adaptación realizada por el guionista Ted Tally de la novela de Thomas Harris, la magnífica fotografía obra de Tak Fujimoto, una banda sonora genialmente inquietante y una magistral actuación de Anthony Hopkins y Jodie Foster, dirigido todo ello por la certera batuta del director Jonathan Demme. Por todo esto fue premiada con 5 Oscars de la academia de Hollywood.

En este film, aparece uno de los personajes más impactantes de la historia del cine: “Hannibal Lecter”. En este artículo, voy a centrarme exclusivamente en él, dejando para otra ocasión los – también muy interesantes – personajes de Buffalo Bill y Clarice Starling.

Hannibal Lecter (interpretado por Anthony Hopkins) es un famoso psiquiatra de Baltimore con un trastorno antisocial de la personalidad (psicópatía) que fue condenado por asesinato y cumple cadena perpetua en una prisión psiquiátrica. Lecter es entrevistado por la joven Clarice Starling (interpretada por Jodie Foster) - una estudiante de la academia del FBI - en relación a la búsqueda de un asesino en serie (apodado Buffalo Bill) que secuestra a mujeres jóvenes y las despelleja con el fin de hacerse un “traje” de piel humana. Hannibal es a la vez un psiquiatra inteligente y refinado y un asesino despiadado. Es la persona perfecta a la que pedir ayuda para capturar a Buffalo Bill. El resto de la película gira en torno a la compleja relación psicológica que se establece entre Hannibal y la aprendiz de agente del FBI para que ésta pueda obtener las pistas que permitan la detención de asesino en serie.

Hannibal Lecter sólo aparece en la pantalla durante 33 minutos de las dos horas que dura el film, repartidos en 8 escenas (durando la más larga-la inicial- 8 minutos), 5 de las cuales comparte con Clarice Starling , sin embargo, tiene una presencia dominante en toda la película, antes incluso de que aparezca en pantalla.
Se nos dice que es manipulador, peligroso, y caníbal; sin embargo, cuando lo vemos por primera vez en la cárcel, no tenemos la impresión de que sea ese monstruo descrito, aunque sí, nos parece un personaje hierático y perturbador con un cierto toque de elegancia. Pronto se hace evidente que esta apariencia no es más que un disfraz, pasando de la frialdad y la parquedad verbal a una verborrea sádica y controladamente lasciva profiriendo despectivas valoraciones hacia Clarice.
Nos muestra una pasmosa facilidad para engañar, y podemos apreciar cómo disfruta de su habilidad para manipular y conseguir lo que quiere y de su natural capacidad para ofender con sus lacerantes comentarios. Por último, sale a la luz su naturaleza asesina - de la que presume -cuando narra a Clarice que se comió el hígado de un hombre del censo acompañado con habas y regado con Chianti, como vanagloriándose de su refinado paladar. Su aparente cortesía y refinamiento no es más que una máscara, una imagen que él tiene de sí mismo para conseguir lo que quiere con regocijo. A partir de aquí comienza un juego de “quid pro quo”, donde él le da información a la aprendiz de agente sobre el asesino Buffalo Bill cada vez que Clarice le cuenta las experiencias traumáticas de su infancia.
www.youtube.com/watch?v=Y8YP65RX1-I


Este mismo juego lo repite en la quinta escena con la senadora a la que Buffalo Bill le secuestró a su hija. Inicia la conversación aparentemente de una manera colaboradora y desinteresada pero, cuando la senadora baja sus defensas, se vuelve grosero y cruel, utilizando la información que conoce del secuestrador a cambio de que ésta soporte su agresivo y rastrero lenguaje, mostrando un síntoma común de las personas con trastorno antisocial de la personalidad: la violación de los derechos de las otras personas.
www.youtube.com/watch?v=q_RT7WR4phQ

La sexta escena de la película es la segunda más larga (7 minutos) y tiene lugar en el hotel al que fue trasladado H.Lecter tras el pacto con la senadora. Clarice va a visitarlo por cuenta propia para devolverle los dibujos de Florencia que el director del manicomio (Dr.Chilton) le había quitado como castigo, confiando en que Lecter le dé alguna pista más. Desde su gran jaula colocada en medio de un espacioso salón, Lecter se comporta como si fuese Sócrates guiando a su alumna. Le hace preguntas a Clarice para que ella encuentre sus propias respuestas (Mayéutica) y la recrimina cuando pierde el rumbo, encauzándola con nuevas preguntas. A cambio, le exige que termine de relatarle la vivencia más traumática de su infancia, acaecida en la granja de sus tíos tras la muerte de su padre, cuando Clarise intenta salvar a un cordero del matadero que sus familiares tenían. Consiguiendo así que la joven le muestre su lado más vulnerable.
www.youtube.com/watch?v=1WUz7MkbX9Y

La impactante séptima escena (de 3minutos y medio) nos demuestra que el aparente control de su comportamiento no es más que un disfraz. En ella ataca brutalmente a los dos policías que lo custodian, mordiendo en la mejilla y echándole espray de pimienta en los ojos a uno y golpeando salvajemente hasta la muerte al otro; comportándose a continuación como si fuese un director de orquesta haciendo que dirige las “Variaciones Goldberg” de J.S.Bach que suena en su magnetófono, como poniendo banda sonora a la obra de arte que está creando; quedándole todavía para rematar su cuadro el sádico destripamiento de uno de los agentes y arrancarle la cara al otro. Sus lentos movimientos nos indican que su pulso no se ha acelerado, de lo que podemos deducir su completa falta de culpabilidad por el aberrante acto criminal que acababa de cometer.
www.youtube.com/watch?v=s3nIw30hn4U

En la breve escena final, H. Lecter se hace presente en la fiesta de celebración de la graduación de Clarice en la academia del FBI por medio de una llamada telefónica desde una isla de las Bahamas, igual que un mentor hubiese llamado a su pupila al no haber podido acudir a un evento tan importante; y se despide como si su labor ya hubiese concluido satisfactoriamente.
www.youtube.com/watch?v=ZgPFWNVAZsw

El director Jonathan Demme, y los guionistas hacen un trabajo excelente con el personaje de Hannibal Lecter. El comportamiento de H. Lecter tiene consistentencia y similitud con el de las personas que tienen el trastorno antisocial de la personalidad.
Éstos son los criterios de diagnóstico y características asociadas con el trastorno antisocial de la personalidad según lo especificado por el Manual Diagnóstico de la Asociación Americana de Psicología:

1. No se ajustan a las normas sociales con respecto al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención.
2. El engaño, la mentira repetida, el uso de alias, estafar a otros para beneficio personal o por placer.
3. La falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación de haber herido o maltratado otra.
4. A menudo engañan y son manipuladores con el fin de obtener un beneficio personal o por placer.
5. Minimizan las consecuencias perjudiciales de sus acciones o manifiestan una completa indiferencia.
6. Pueden tener una auto-valoración exagerada y ser arrogante.
7. Pueden ser excesivamente tercos, seguro de sí mismo, o engreído.
8. Pueden mostrar un encanto simplista, superficial y pueden ser bastante voluble y usar lenguaje culto, términos técnicos o cualquier jerga que pueda impresionar.

¿Cuántas de estas características tiene el personaje de Hannibal Lecter? Está claro que Ted Tally (el guionista) se leyó el manual.

Ficha técnica de la película
www.filmaffinity.com/es